Sismógrafo Collo

Sismógrafo Collo de dos componentes

Constaba esencialmente de un péndulo vertical de gran masa y de pequeña longitud. La masa del péndulo estaba formada por discos de plomo de 110 kilogramos de peso total. Esta masa estaba sostenida por un alambre asegurado, en su extremidad superior a un tornillo en un tirante de hierro de la azotea del edificio y que remataba en el otro extremo en una varilla de acero de 0,002 m de diámetro, perfectamente cilíndrica, la que pasaba por las aberturas de las agujas registradoras y estaba unida con el plato de los discos.

El aparato registrador constaba de un telar de bronce dentro del cual podían oscilar libremente entre tornillos de aproximación los ejes verticales de las agujas, las que, junto con el telar, podían moverse verticalmente por medio de una cremallera que comunicaba con una columnita de bronce asegurada en el telar de hierro empotrado en el pilar de la base.

Cada aguja llevaba en un extremo una pequeña hoja de bronce de 0,010 m de longitud con una abertura igual al diámetro de la varilla de acero del péndulo, siendo las dos aberturas perpendiculares entre si, una en la dirección sur a norte y la otra en la dirección este a oeste; el extremo que hace de aguja registradora, constaba de dos palancas de aluminio de 0,40 m de longitud, que remataban en dos arcos horizontales destinados a encerrar suavemente, con dos resortes delicadísimos, los ejes de acero de las dos agujas de alpaca, provistas de tinta especial y que se apoyan sobre el papel. La cinta estaba constituida por un rollo de papel de 0,11 m de ancho que giraba sobre dos pernos, pasaba después bajo un extensor, luego entre dos cilindros compresores a resorte, de allí sobre el plano de bronce suavemente encorvado sobre el cual recibía la impresión de las agujas y por último entre dos cilindros que hacían correr el papel hasta el tambor que lo recogía. El sistema de registro horario era el mismo que en el microsismógrafo Vicentini; por medio del reloj se establecía un contacto cada diez minutos con la consiguiente señal de la aguja horaria accionada por un electroimán.

 

Texto extraído de: Organización del Servicio Sísmico y su primeros resultados, Galdino Negri, 1909.